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Redes Sociales |
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RRSS es el acrónimo de Redes Sociales y, para iniciar con la definición, lo primero de todo es saber qué es una red social. Y, la mejor manera de hacerlo es recurrir a la Wikipedia, creada en dos mil uno, a propósito.
Vaya. Interesante, muy interesante.
Porque algo de lo que solemos pecar en los últimos tiempos es en la confusión de fondo y forma, de continente y contenido, de herramienta con resultado. Por el hecho de que las Redes Sociales han existido desde el comienzo de la humanidad, allá por el cuaternario, si proseguimos con el símil de la geología. Lo que tenemos desde principios del siglo XX son Redes Sociales EN INTERNET o, como dijo Bob Wientzen, Presidente de la Direct Marketing Association, “marketing directo con esteroides”. Y esto es fundamental a la hora de entender su funcionamiento, y no me refiero al algoritmo, sino más bien a la sociología, la psicología… y tampoco me refiero a los CPM, o bien al Costo por Impresión, me refiero a las personas, a los usuarios.
1.1) Definición
Volviendo a Wikipedia, una Red Social es:
- “Una estructura social compuesta por un conjunto de actores (como individuos o bien organizaciones)
- que están relacionados de acuerdo a algún criterio (relación profesional, amistad, parentesco, etcétera)
- Normalmente se representan simbolizando los actores como nodos y las relaciones como líneas que los unen…”
- a eso le añades una interfaz chula y un algoritmo y entonces sí, ya tienes una Red Social en Internet.
Pero, lo esencial de todo en el momento de sacarle provecho es entender las relaciones entre las personas en un determinado entorno. Después de todo, una Red Social en Internet viene a ser una plaza mayor, un bar en el que la gente se reúne a hablar de sus cosas y, nosotros como marcas, tenemos tres posibilidades:
1. Poner carteles en sus paredes o bien servilleteros en las mesas y ser parte del paisaje,
2. Ser ese vendedor ambulante que va mesa por mesa vendiendo deuvedés piratas o bien poesía
3. O ser el camarero que conoce a sus parroquianos, escucha las historias y, tras la “confesión” asiente con empatía y afirma aquello de “qué ¿otra cervecita?”