Cuando piensas en marketing de contenidos… ¿Qué tipos de contenidos se te vienen a la cabeza? Es posible que una de tus primeras respuestas sean los artículos de weblog.
Es cierto que el blogging es una de las prácticas más extendidas en el momento de hacer marketing de contenidos. Mas realmente hay muchas maneras diferentes de crear contenido, incluso de crear artículos de weblog. Y esta es la finalidad que pretendo con este artículo; mostrarte la enorme pluralidad de géneros de contenidos que puedes utilizar en tus estrategias de marketing.
Para ello, compartiré contigo algunos ejemplos sobre los distintos tipos de contenidos, que te ayudarán a tener una visión más extensa del marketing de contenidos.
Back to top1) ¿Qué tipos de contenidos puedes emplear para hacer marketing de contenidos?
Para responder a esta pregunta, he clasificado los tipos de contenidos según 2 criterios: objetivo del contenido y formato del contenido.
La primera agrupación es menos probable que la veas en otros artículos publicados sobre este tema. Sin embargo, es de lo más esencial, puesto que puede determinar el éxito o no de tu estrategia de marketing de contenidos.
Back to top2) Tipos de contenidos según su objetivo
Empiezo con los tipos de contenidos conforme su objetivo y no su formato, por una razón. Antes de escoger el formato de contenido que vas a crear, piensa en el objetivo de ese contenido. Ese es el primer paso.
En relación con esto, hallé un dato que me sorprendió: el 68 por ciento del contenido que se publica, es sin objetivo (Fuente: Estado de los contenidos en España 2016).
Y me sorprendió pues verdaderamente ha habido un avance esencial en la forma en que las empresas están haciendo marketing. Y son cada vez más las marcas que están incorporando el marketing de contenidos en sus planes.
Pero pese a ello, este dato semeja señalar que algunas empresas “hacen marketing de contenidos por hacer” o bien pues su competencia lo hace. En lugar de hacerlo pues realmente buscan un impacto claro de los contenidos en sus resultados.
Y es que, crear y publicar contenido sin un propósito significa no aprovechar los recursos para progresar las ventas de la compañía.
Por ello, una buena práctica es establecer unos objetivos para cada pieza de contenido producida.
De modo que, según los objetivos que pretendan alcanzar, los contenidos pueden estar pensados: